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El teletrabajo avanza en Madrid: los madrileños con la oficina en casa se triplican en una década
Un total de 220.350 madrileños trabajan en su propia casa (el 7,9% de los ocupados), según el INE. En 2001, el teletrabajo solo llegaba al 2,4%. El teletrabajo es más habitual entre autónomos que se montan la oficina en su hogar para ahorrarse el local, aunque también repunta entre asalariados. Los trabajadores lo ven favorable porque pueden conciliar y ahorran, pero muchos acaban trabajando en exceso y se sienten aislados. Marina es correctora y tiene el despacho en su casa: “Hay que ponerse límites y ser constante. Si no lo haces así, acabas todo el día conectada”.
“Antes había una máxima que todos procurábamos cumplir: ‘Donde duermas, no trabajes; y donde trabajes, no duermas’. Pero cada vez más personas nos saltamos esta norma”. César García, secretario de Política Sectorial de la unión de autónomos UPTA, refleja con esta reflexión la creciente tendencia al teletrabajo en Madrid: a principios de la década pasada (en 2001), solo un 2,4% de los ocupados madrileños de aquella época trabajaban desde casa (58.803 personas); ahora, los madrileños que tienen la oficina en su propia residencia ascienden a 220.350 personas, lo que ya representa un 7,9% del total de ocupados de la región, según datos facilitados por el INE (últimos datos disponibles, referentes a 2012 y que engloban tanto a asalariados como a trabajadores por cuenta propia). En una década, la tasa ha aumentado algo más del triple.
Los sociólogos creen que esté fenómeno seguirá creciendo en los próximos años: “Todo indica que el teletrabajo va a aumentar todavía más, a medida que aparezcan nuevas innovaciones tecnológicas de comunicación, las empresas y autónomos se vean obligados a reducir costes de producción, y las familias soliciten medidas de conciliación. Sin olvidar que en Madrid este modelo de relación laboral tiene más sentido por la mayor distancia entre los lugares de residencia y los centros de oficinas: trabajar en casa evita horas de desplazamiento”, explica Roberto Barbeito, profesor de Sociología en la Universidad Rey Juan Carlos. Teletrabajar significa trabajar desde el sitio en que uno vive, ya sea por cuenta ajena o por cuenta propia. Montar la oficina en casa suele ser la primera opción de los autónomos cuando crean su negocio. “En un contexto como el actual, cuantos menos costes fijos se tengan al arrancar un negocio, mejor. Al poner tu despacho en tu casa, te ahorras el alquiler de un local, las trabas administrativas como la licencia de apertura, el acondicionamiento y los impuestos”, explica la vicepresidenta de la asociación de autónomos ATA, Celia Ferrero. El trabajo desde casa está más extendido entre profesionales como abogados, arquitectos, diseñadores, fisioterapeutas o profesores de idiomas, según la representante de los autónomos. “Los trabajadores son más productivos” Aunque no es un fenómeno exclusivo de los autónomos, sino que también repunta entre asalariados. Una de cada cinco empresas tiene programas de telebrajo para sus empleados, según un informe de IMF Business School. Los expertos en administración de empresas sostienen que el teletrabajo supone ventajas tanto para el trabajador como para la compañía: “Una de las causas del auge es la prolongación de la crisis, que impulsa a esta alternativa para ahorrar costes. Los trabajadores pueden ser más productivos por la eliminación de traslados, se favorece la conciliación y la flexibilidad horaria, y además se reducen las distracciones por compartir el espacio de trabajo con otras personas”, explica Carlos Martínez, director de IMF Business School.
Sin embargo, esta modalidad laboral tiene riesgos para el trabajador. “El empleado debe negociar con la empresa el pago de los costes de los equipos de trabajo, la luz o el teléfono, para no acabar asumiendo los gastos que le corresponden a la empresa. El teletrabajo también debe ser de carácter voluntario y se debe evitar el aislamiento, mediante alguna forma de relación con el resto de compañeros”, aconseja Susana Bravo, de UGT. “El riesgo es estar conectado las 24 horas del día, no diferenciar el ámbito laboral del familiar e incluso abandonarte y acabar trabajando en pijama. Hay que tener mucho cuidado con la salud psicológica”, asegura César García, de UPTA. “La conciliación es la principal ventaja, pero también ahí puede estar el mayor peligro. Al trabajar en tu casa puedes pasar más tiempo con tu familia, pero también desaparecen las fronteras entre la vida doméstica y la laboral. Al final, tu casa es el refugio donde descansas del estrés diario; si llevas la oficina a tu casa corres el riesgo de perder tu refugio”, concluye el sociólogo Barbeito.
Las ventajas del teletrabajo: Mayor flexibilidad de horarios. Ahorro en los desplazamientos. Conciliar la vida familiar y la laboral. Posibilidad de planificación propia. Mayor productividad del trabajador al ahorrar tiempo. Las desventajas del teletrabajo: Estar conectados al trabajo las 24 horas. Riesgo de aislamiento al no contactar con compañeros. Pérdida de integración con la empresa. Necesidad de una actitud constante. Dificultad para diferenciar la familia y el trabajo. El trabajador puede asumir costes de la empresa. Marina Ferrer, 46 años, trabaja en casa: “Estás todo el día enganchada, pero aprovechas más tu vida”
El despacho de trabajo de Marina se encuentra a escasos metros de la habitación donde duerme. Esta madrileña se dedica a la corrección de textos sin necesidad de salir de su casa para desempeñar su profesión: “Los correctores nos podemos permitir trabajar desde nuestra casa. Todo lo que necesito es un ordenador con conexión a Internet y mi estantería llena de diccionarios”, explica Marina. “Lo mejor de trabajar en casa es la flexibilidad horaria, me puedo organizar el día para atender a mi familia y mi trabajo. Además, me ahorro el desplazamiento a una oficina, con lo que gano tiempo y dinero. Como desventaja, estás todo el día enganchada al correo electrónico, pero al final sales ganando porque aprovechas más tu vida”. Antes de estudiar Filología y convertirse en correctora, Marina se dedicaba “al mundo de la empresa”. “Pero ese mundo no estaba hecho para mí”, añade. “No echo mucho de menos el trabajar en una oficina con otros compañeros. Es verdad que tienes menos contacto personal, pero con las redes sociales es imposible sentirte sola”, explica Marina. “Además, al trabajar en casa te evitas muchos de los problemas que tienen los padres actuales: las citas con el médico ya no son un problema, no tienes que buscar alguien que cuide los niños en las vacaciones escolares y puedes estar trabajando al mismo tiempo que tus hijos hacen los deberes. Esto es impagable”.
Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/2067839/0/teletrabajo-madrid/ocupados-despacho-oficina/casa-trabajo/
